Abstracta. Como la vida misma.
Simple. Ya no tan como la vida misma.
A veces los contornos están difusos.
A veces nada tiene sentido.
A veces todo es un lío de colores.
Y, a veces, cuando no lo esperas,
se perfilan las formas.
Y ves caras en la oscuridad. Y sombras a la luz del día. Y te das cuenta de que, por fin, te has vuelto loca.