lunes, 9 de diciembre de 2013

XIX

Tengo ojeras en el dedo 
gordo del pie izquierdo y
una sombra se entrevé,
translúcida,
paseándose por mis retinas.

Maquetando las esquinas,
lúcida
de repente, sé
que sólo yo lo veo y
que si no cedo

y no me enredo,
como de costumbre y
como ya debería saber
la música
es la mejor medicina

para sufrir la rutina,
mustia,
hasta que vuelva a poner
los pies sobre Pucela y
viaje atrás en el tiempo.



viernes, 8 de noviembre de 2013

Complejo de Hermione

Creo que es la primera vez en mi vida que entiendo a los niños a lo que no les gustaba ir a clase. Ésos que empezaban a refunfuñar cuando empezaban los anuncios de la vuelta al cole. Yo siempre he pertenecido a ese pequeño porcentaje de gente rara al que le gusta ir a clase. Y no me refiero sólo a la primaria, sino a todas las etapas educativas. Siempre me había gustado ir a clase... hasta ahora.

Nunca (ni cuando era una excluida social) me habían amargado tanto la existencia unas clases. Me han metido en un grupo que lleva ya dos meses yendo a clase, en el que la inmensa mayoría son un grupo de chinos que van en manada (¡y yo que pensaba conocer gente!) y, sobre todo, en el que las clases son leeeeeeeeeeeeeeeeeeeentas, muuuuuuuuy leeeeeeeeeeeeentas (dijeron que era un curso intensivo...). La profesora se equivoca cada dos por tres y me paso las CUATRO eternas horas diarias mordiéndome la lengua para reprimir mi instinto corrector... Cosa que no siempre consigo.

Así, irradiando odio, me quedan otras tres semanas. Y no puedo evitar recordar a Hermione mandando a la mierda la asignatura de Adivinación, porque de verdad que me encantaría estampar una bola de cristal contra el suelo... o abofetear a todos mis compañeros con un libro de fonétique française.


domingo, 6 de octubre de 2013

Inconscientes

Hace un rato que sólo rompe el silencio el ruido del tranvía al pasar bajo la ventana, pero en mi cabeza todavía resuena la voz de Eva diciendo "van como locos, como locos van" y no puedo evitar pensar que tiene razón. Vamos como locos. Hemos venido como locos. Inconscientes pienso yo, a pesar de quien diga que somos valientes. Sería mentira. 





Todo vuelve a estar gris al otro lado del cristal y hoy me hace juego con las uñas.
Todo vuelve a estar gris y me recuerda a cuando miraba a través de otro cristal rogando no volver a mirar por él nunca más.
Todo vuelve a estar gris aunque yo ya no este tan gris por dentro.
Todo vuelve a estar gris pero nada más es igual.
Y vuelve a llover y yo sigo sin botas de agua.
Y vuelve a llover, pero lo veo desde el teleférico y no desde una noria.
Y vuelve a llover y, aunque sepa que se me van a mojar los pies, me apetece saltar en los charcos.

viernes, 20 de septiembre de 2013

Hay días como hoy en los que echo mucho de menos mis papelas, filtros y tabaco de liar y en los que me tienta sobremanera el salir a beber. Aunque no haré ni una cosa ni la otra.

Denegada.
Así está mi solicitud para poder seguir estudiando. Parece que no tengo los méritos suficientes y yo me pregunto a qué llaman ellos "méritos". 
Mi media de expediente no es ni mucha ni poca, suficiente para poder optar a beca general para másteres en este país de pandereta (que para los que no lo sepáis, la nota mínima es de 7). 
Además de eso, tengo varios años de experiencia como profesora particular con niños de todas las edades e incluso con adultos de otras nacionalidades, pero claro como no hay contrato, pues a ellos no les sirve, supongo. 
Claro, en mi expediente no aparece por ningún lado el haber estado de Erasmus y parece que eso siempre va a ser un lastre. No tienen nunca en cuenta que hay quien no se lo puede permitir, por ejemplo, porque si tienes clase mañana y tarde (y te hacen firmar porque la asistencia es obligatoria) es imposible encontrar ningún trabajo que no sea dar horas sueltas de clases de inglés a niños o poner copas un fin de semana, para que después de trabajar 6 horas, te paguen 30€. Y si no tienes otro apoyo económico, el maravilloso año de erasmus te lo puedes meter por donde te quepa, que no lo tendrás nunca. Pero tampoco les importará una mierda, que, a pesar de todo, haya pasado casi un año en un país anglófono relacionándome casi exclusivamente con angloparlantes (¿cuántos estudiantes se van de erasmus y sólo se juntan con españoles? Pues eso) y siendo voluntaria en un colegio, todo esto en cuanto acabé la carrera. Pero ¿a quién le importa? ¿Que tienes una carta de recomendación de un profesor inglés? Pues te la comes. Con patatas.

Luego he pensado que quizá de las solicitudes que han mandado, mucha gente tendrá más méritos que yo. Y luego me he acordado de todos esos antiguos compañeros de clase que han aprobado la carrera copiando con el móvil o el famoso pinganillo. Gente que se ha dedicado toda la carrera a robar matrículas de honor y que después se dedicará, si no lo hace ya, a quitar los puestos de trabajo a gente verdaderamente cualificada, que quizá tengan un 6'5 de media, pero que saben lo que hacen. Pienso también, que según ponía en los criterios de selección, los de mi especialidad siempre tienen preferencia ante los de otra rama, que pueden acceder si cumplen ciertos requisitos y, siempre y cuando, sobren plazas. Y teniendo en cuenta que siempre hemos sido una carrera minoritaria, no hasta el extremo, pero siempre siendo pocos, me pregunto cuánta gente del estilo de mis ex-compañeros habrá "tenido más méritos" y cuántos habrá de otra especialidad pero que sean hijos de Fulanita. Pero como avisan por e-mail y no saldrá ninguna lista que comprobar, nunca lo sabremos.

La conclusión de hoy, niños, es que nunca os hagáis ilusiones con nada en la vida. NUNCA. Así, si por la más remota casualidad, algo os sale bien, será una alegría y si no, no os llevaréis una decepción tras otra hasta que deseéis que se muera Flanders.

miércoles, 18 de septiembre de 2013

Bloody lier

Dice un pequeño meapilas que las mentiras hacen llorar al niño Jesús. Pues bien, si eso es así, el tal Jesús este tiene que estar ya más seco que la mojama.

Existen diferentes tipos de mentiras:
Las mentiras a medias o medias verdades, o como dice la gente "no miento, sólo oculto la verdad".
Las mentiras piadosas (esas no sé si hacen llorar al niño o no), que son las que la gente utiliza cuando dicen que no quieren hacer daño a otros... ocultándoles la verdad o tergivensándola.
Las mentiras que causan un bucle de mentiras que hacen que te pillen si no eres un mentiroso cualificado.
Y yo englobaría el resto en mentiras generales que se puede utilizar según la ocasión. Por ejemplo, las mentiras para escaquearte de un acto social. Y aquí es donde quería yo llegar.
Un día te dicen que se va a quedar en tal sitio y que van a ir menganito y fulanita, y a ti, que te apetece menos ir que tener que limpiarte el culo con hojas de cactus, se te ocurre una fantástica y sencilla mentira que pasa a ser tu mejor excusa para no acudir a dicho evento. Bien, esto lo hace todo el mundo y no pasa nada. El problema viene cuando se empieza a mentir por sistema:
- Oye que vamos a ir a...
-Uuuuy pues es que no me encuentro bien.

O...
- ¿Te parece si cenamos esta noche con Fulanita?
- Vaya, ya he quedado. Pero pasadlo bien.

Y cuando ya has encadenado varias de éstas, te das cuenta de lo triste y patética que es la situación. ¡Con lo bonito que sería mandar a la mierda a todo el mundo abiertamente! Como los gatos, si no les gusta alguien le bufan y/o pasan de su culo. Tan bonito que todos deberíamos hacerlo y dejar de ser unos jodidos mentirosos. Pero ¡ay! El complicado ser humano...

sábado, 10 de agosto de 2013

Situations XII

That moment when you don’t feel anymore at home when you’re at home. It’s just like you don’t belong there, like a stranger in a strange land. Nothing is the same, no-one is like they used to be or, more likely, you’re not who you were and you will never be the same again. And now the thing is you’re not afraid of leaving, you’re afraid of staying and being trapped in that weirdly familiar world, missing people who already left and without knowing who you used to know.

I can't stay.  I can’t stand it. I need to go.

This moment.

viernes, 9 de agosto de 2013

XVI

Escondido tras la pared esférica de tu mirada,
Oculto detrás de la bruma de telarañas
Pero sin patas que tejan el entramado de tu sino,
Esperas desesperado un giro en el camino a ninguna parte.
Y parece que llega, pero no.
Se esfuma y te desvaneces en un charco de sensaciones 
Teletransportadas a un pasado que parece mejor y,
Mientras viajas entre las tinieblas del futuro incierto,
Imaginas tu vida idílica pensando que algún día ocurrirá.
Pero no se puede luchar desde el sofá.

lunes, 3 de junio de 2013

Time is running out

Como decía Amaral, hoy es el principio del final. Se acaba una etapa mal catalogada por la gente como "una gran experiencia" y no me da ninguna pena, la verdad. Queda exactamente un mes y medio aún no sé para qué, excepto para abandonar UK (no para siempre, espero). Y no me importa lo más mínimo. Tres de mis fotos pegadas a la pared con blu-tack se han caído al suelo como si supieran que ya casi es hora de que recoja mis trastos. Es una señal. Seguro.

Todo este tiempo ha dado mucho de sí. O todo lo que puede dar cuando vives en el culo del mundo: gente nueva que me cae mejor que gente que ya conocía; gente nueva que me gusta tan poco como gente que ya conocía; gente a la que conocía y que ahora son unos completos desconocidos que han perdido toda relevancia para mí; y, sobre todo, gente a la que me llevaría en la maleta allá donde fuera. Por otro lado: descubrir que sí sé hablar inglés; descubrir que muchas veces pienso en inglés; descubrir que ya no me da tanto miedo lo desconocido.

Hace unos meses (10 pedazo de meses exactamente) escribí un post en el que hablaba de el reto en particular que esta primera estancia en el exilio supondría. A día de hoy creo que se puede dar por superado y las entradas de Viva Forever lo confirman. Se acaba un reto, empieza otro. 
The beginning in the end, como el capítulo de Bones. 

lunes, 15 de abril de 2013

Cromatismo

Todo se hace pequeño, tú te haces pequeño, y el verde y el amarillo se mezclan con un blanco repentino para llegar a un intenso azul. Y de repente estás ahí, en mitad del todo y de la nada. En medio de dos desconocidos pensando si estarás a punto de entrar en un agujero de gusano y, con suerte, acabar en otra línea espacio-temporal en la que no te estés marchando sino volviendo.

Y en lo que deliras un rato con la ayuda de Mr. Auster, te preguntas tú también qué pasara cuando ya no queden páginas en el cuaderno rojo, o verde en este caso. ¿Empezar uno nuevo? ¿Hacer una continuación? ¿Quemarlo todo? Te da la tos de imaginar el humo (o porque tienes una médica inútil) y vuelves a la realidad y te das cuenta de que no ha habido agujero de gusano, que sigues yendo en la misma dirección y que todo se va haciendo grande, que ya no es azul, sino verde, amarillo y gris. 

Y tú también te pones gris (ojo, no confundir con los hombres grises). Y según te alejas de Londinium y tiras para la campiña esperando llegar a La Comarca, te vas poniendo gris oscuro, porque ahí no hay hobbits ni elfos ni na' de na'. Así cuando llegas a tu tan poco anhelado destino, estás más gris que el habitual cielo británico y, encima, sin mininos que te mimen un rato. 

Lo bueno del gris es que tiene muchos tonos intermedios y que puede variar constantemente, que lo mismo llueve y todo es de un gris oscuro, o hace una claridad extrañamente grisácea o que de un tono sucio, siempre puede salir Gandalf el Gris y hacer que todo vuelva a ser blanco.

miércoles, 20 de marzo de 2013

XII


Ashes spread all over,
dust on the fireplace,
a half-burned log
and a withered rose.
The old diver shivering
'cause the swampy water's cold.
No fish to be fed,
no fire to be warm.
Ghostly desires melting
as their chance is gone.

martes, 19 de marzo de 2013

Los síntomas de la demencia

Sabes que que te estás volviendo loca cuando dentro de tu cabeza empiezas a pensar en spanglish.
Sabes que se te están aflojando los tornillos cuando empiezas a mantener demasiadas conversaciones contigo misma en las que mueves la boca sin emitir sonido alguno. Y a veces, hasta te discutes.
Sabes que se te está yendo la olla cuando cualquier situación te provoca un enfado un enfado con el mundo que puede terminar en lágrimas, así por las buenas.
Sabes que estás perdiendo la cabeza cuando empiezas a preferir estar encerrada entre cuatro paredes a salir de casa. Quizá dentro de poco sean paredes acolchadas, mejor para cuando quieras darte de cabezazos, claro.
Sabes que te estás volviendo majara cuando tu estado de ánimo cambia más veces en un día que el tiempo en Inglaterra en un mes.
Sabes que estás como un cencerro si empiezas a pensar que los ingleses no están tan locos. Te están contagiando.

Vamos, que si estás como una puta cabra, lo sabes.


miércoles, 27 de febrero de 2013

165

Día 165 en el Planeta Gris.

Despoblado, hostil y frío. Con rain showers.
El enemigo ha abandonado su posición de manera temporal y, sin batalla que luchar, me dedico a recordar cómo eran las cosas antes de que la guerra empezara. Llevo siempre tu foto cuando estoy en el frente. Quiero volver y me encantaría desertar, pero esto aún no ha terminado. Echo de menos el sol y llevar una vida normal. Y a ti. Y me preguntó qué hizo que me alistara voluntariamente para ésto y qué estaría pensando mi yo del pasado. En cualquier caso se equivocaba. Ahora sólo quiero terminar con esos locos del bando contrario antes de que ellos acaben conmigo. 
Seguiré informando desde las trincheras.



lunes, 25 de febrero de 2013



Oye Osito… ¿Qué es “soledad”?   ̶ le preguntó la niña a su peluche  haciendo comillas imaginarias en el aire ̶  Se lo he oído decir a una señora  esta mañana y parecía algo terrible porque estaba muy triste. Seguro que tú sabes lo que es, pero claro, como nunca dices nada… Está muy bien que seas mi amigo y me escuches, pero podías opinar tú también…  A lo mejor tendría que descoserte la boca, debe de ser muy molesto intentar hablar con eso ahí  ̶̶ añadió la niña pensativa mientras observaba de reojo sus tijeras   ̶̶ Hmmm… quizá no, no sea que te duela… Bueno, a lo que iba, ¿qué es? ¿Es una enfermedad? ¿Es grave? ¿Es contagiosa? ¡Dímelo Osito!  ̶ gritó la niña mientras agitaba a su peluche, presa de la histeria ̶  Que esa  señora estaba sentada al lado de mi mamá en el metro, ¡imagínate que se contagia! …¿Qué me quieres decir con esa mirada? ¿Que soy muy pequeña para preocuparme por cosas que no entiendo? Pues tienes razón... ¡Vamos a cortar el pelo a las Barbies de Erika! Estará muy contenta cuando vea el resultado  ̶ Y agarrando a Osito de una pata remendada, se marchó riendo a carcajadas.

jueves, 17 de enero de 2013

Roller Coaster

Nunca me han gustado las montañas rusas. Me daban miedo de pequeña y ahora siguen dándome miedo. Hala, ahora ya lo sabéis.

Así que vivir montada en una montaña rusa no era precisamente el plan que tenía. Pero un día alguien puso la atracción en marcha y ¡venga! A dar vueltas, volteretas y gritar cuando parece que te vas a estampar contra los raíles. Perfecto. Acojonadita perdida todos los días. 
Tengo que mirar los horarios a ver si mañana toca subida, bajada, espiral, looping o mezcla sorpresa. Me encantan las mezclas sorpresa. Creo que, con suerte, me mataré en una de ésas. 

Por lo menos la montaña rusa esta podía llevarme a alguna parte entre susto y grito, pero no tiene pinta, siempre  volvemos a empezar aunque luego cambie el recorrido.

Así que, si hay algún técnico de montañas rusas por ahí, decidle que hay una niña que no se ha bajado de la atracción y sigue dando vueltas. ¡Párelo, por favor!