jueves, 17 de enero de 2013

Roller Coaster

Nunca me han gustado las montañas rusas. Me daban miedo de pequeña y ahora siguen dándome miedo. Hala, ahora ya lo sabéis.

Así que vivir montada en una montaña rusa no era precisamente el plan que tenía. Pero un día alguien puso la atracción en marcha y ¡venga! A dar vueltas, volteretas y gritar cuando parece que te vas a estampar contra los raíles. Perfecto. Acojonadita perdida todos los días. 
Tengo que mirar los horarios a ver si mañana toca subida, bajada, espiral, looping o mezcla sorpresa. Me encantan las mezclas sorpresa. Creo que, con suerte, me mataré en una de ésas. 

Por lo menos la montaña rusa esta podía llevarme a alguna parte entre susto y grito, pero no tiene pinta, siempre  volvemos a empezar aunque luego cambie el recorrido.

Así que, si hay algún técnico de montañas rusas por ahí, decidle que hay una niña que no se ha bajado de la atracción y sigue dando vueltas. ¡Párelo, por favor!