Nunca se me ha dado bien lo de hacer la maleta.
Quiero llevármelo todo, a sabiendas de que no utilizaría ni la mitad. Pero... por si acaso... ya sabes. Un abrigo por si hace frío, una camiseta de más por si me mancho, un paraguas por si llueve (o porque sí llueve), una foto por si te echo de menos... Lo indispensable, vaya.
Lo difícil viene cuando se te juntan varios abrigos, montones de camisetas y puñaos de fotos, porque paraguas... con uno vale (hasta que se me rompa). Menos mal que mi mente de experta jugadora de tetris me facilita la colocación de tantas cosas.
Y la maleta a medio llenar y ya pesa 10kg, ¡pero ésto qué es lo que es!
Tendré que llevarme recuerdos que no sean muy gordos, porque como me toque facturar de más... me acabo dejando a alguien aquí.
Claro y luego está la paranoia de que te dejas en casa algo importante, pero cuando pienso que voy a estar más a gustito sin mamá & co. una temporada, pues pienso que lo importante está bien dejado ahí.
Y no, no pienso llevarme a nadie en la maleta ¡pesaos!
Si me queréis, irse a verme.
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