miércoles, 2 de noviembre de 2011

Gris

Que sepas que no me he olvidado de que mañana es tu cumpleaños. El número 22. No, no me he olvidado, pero perdona que no vaya a ir a verte. Es difícil, ¿sabes? Sé que hace mucho de mi última visita. Demasiado,  dirías si pudieras escucharme, y sé también que estoy faltando a mi promesa de ir a verte todos los años pero no sé si tengo fuerzas para ello... ¿Y si me encuentro con tu madre? ¿O... ? No, no podría...
Parece que hasta el tiempo se ha acordado de qué día es mañana y ha querido anunciarlo poniéndolo todo gris y lluvioso.
Mañana he quedado con las chicas, ¿sabes? Seguramente no hablaremos de ti, pero estoy segura de que ellas también se acordarán. 
Te sorprenderías si te enterases de la cantidad de cosas que han pasado. Dos de nuestros compañeros de clase ¡se han casado! ¿Te lo puedes creer? Y ¿te acuerdas de El Gamba, el empollón? Pues de empollón ya no le queda más que un recuerdo. Tu mejor amigo... No creo que quieras saber esa parte, pero que sepas que parte de lo que le ha pasado ha sido culpa tuya. Las cosas han cambiado mucho en estos años.


Ahora es cuando me encantaría poder creer que desde alguna parte podrás leerlo o te darás cuenta de cuánto me acuerdo de ti. Qué pena que sea incapaz. De todas formas, y aunque es muy probable que no vaya a verte en una buena temporada, lo que sí puedo prometerte es que me seguiré acordando de ti todos los días y te cantaré el cumpleaños feliz todos los 3 de noviembre. 




Te quiero...

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