domingo, 18 de diciembre de 2011

Cuando me gustaba la Navidad

Todavía recuerdo cuando las Navidades eran realmente felices. Cuando las vacaciones de Navidad eran casi mejores que las de verano. Cuando poníamos el Belén un domingo por la tarde y después poníamos en el árbol las bolas, que eran todas diferentes y no pegaban ni con cola. Cuando mi hermano se dedicaba a mover todos los animales del Belén día sí y día también, e iba acercando a los camellos con los Reyes hacia el portal, pero como no había mucho espacio, siempre llegaban antes de tiempo.Cuando nos juntábamos 20 personas para comer o cenar, y a mí me mandaban a la mesa de los niños porque no cabíamos todos en la misma habitación. Cuando casi no podía dormir de la emoción y luego me levantaba a las 7 de la mañana para abrir los regalos. Cuando, jugando con mis primos, tirábamos petardos y bombas fétidas y mi abuelo se enfadaba, pero luego se le pasaba y nos daba 500 pesetas de propina...


Ahora, que queda una semana, me pregunto dónde se ha quedado todo éso y por qué ya no puedo fingir que me gusta la Navidad.






Aun así, Merry-fucking-Christmas a todos. Porque supongo que hay gente que no pierde la esperanza de que los buenos tiempos resurjan.



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