martes, 15 de noviembre de 2011

Es curioso.
No importa que pasen los años, ni las décadas. La gente no cambia y los conceptos de lo que es correcto y lo que no, tampoco.
Ayer mismo, vino una amiga a casa y me dijo, "¿qué, ya te echarás novio pronto no?".
Un poco más tarde, hablando con otra amiga, "esto va en serio, te lo digo yo".
Luego aparece el típico familiar que hace tiempo que no ves, "a ver si me presentas a tu novio".


¿Por qué no os vais todos a tomar por el culo? ¿Por qué tenéis tanta prisa en que YO me eche novio? ¿Tenéis miedo de que me quede soltera para siempre? ¿De que me convierta en una vieja sola y amargada sentada en la mecedora del porche de su casa con una escopeta apoyada en las rodillas? ¿O quizá es que esté mal visto que os relacionéis con alguien como yo?


Y todo esto viene a los comentarios que le hace una madre a su hija en una película. Que si tienes que cazar buen marido, que si ponte guapa para él, que si dejes de ser como eres para parecer tonta y sumisa...
Porque mucha gente cuando te dice algo, a veces implica cualquier pensamiento de la sociedad de hace 60 ó 70 años. Pero luego somos todos muy modernos.


Y luego también hay gente, de tu misma edad, sin pareja conocida (o sí), pero que se dedica a mirarte con reprobación a cada comentario que haces sobre "algún tío bueno". Si quieres ser monja, vete a un convento, bonita. Y si no te gusta mi estilo de vida ni mi manera de ser, no me hables. Pero claro, es que luego quieren criticar. A mí me parece estupendo, teniendo en cuenta que si ella(s)/os tienen derecho, yo más.


Conclusión, que no sé si vivo en el siglo XIX o en el XXI. Pero lo que sí sé, sea el siglo que sea, es que sobra gilipollez por doquier. 
Evolución, ¿qué pasa contigo? ¿Estás de vacaciones?

No hay comentarios:

Publicar un comentario