miércoles, 29 de agosto de 2012

Dije que me iba a la cama, pero como no puedo dormir y no quiero pensar, aquí estoy. 

Pensando, claro. 

Diecisiete días dedicados a la meditación. Retiro espiritual en mitad del caos. Caos interno con apariencia de indiferencia. Madres que gritan porque no pisas por casa. Gente que impone da consejos porque, por supuesto, sabe de todo. Y sobre todo más que tú (y que yo). Gente que te mira pero no te ve. Un peluche te mira con ojos de saber lo que pasa, pero prefiere callar por el momento, porque total, ya es bastante difícil todo y qué ganas de complicarnos aún más la existencia.

Y, claro, además estoy preocupadísima por si no me da tiempo a llegar al concierto de Andy y los chochos Lucas. ¡Por Dior! ¡Qué días de fiesta tan maravillosos nos esperan!
¡Qué ganas de pegarle un tiro al mundo (y al alcalde)!

Y qué ganas de coger un avión y, aterrorizada, desaparecer de una vez.
Y entonces... veremos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario