miércoles, 15 de junio de 2011

No sé si será producto de los golpes que me he dado en la cabeza a lo largo de mi vida o si sólo es por el bote de ketchup caducado que me niego a tirar hasta que se acabe. Quizá una mezcla de las dos cosas. El caso es que viene siendo como una tradición tener un sueño cada noche en el que soy otra persona (o cosa o lo que sea): desde una diosa griega, pasando por un dibujo animado, hasta Hermione Granger. Es curioso la de cosas que se pueden hacer siendo alguien que no soy yo. Porque a mí lo de tener varita me puede, es inevitable. 
Siempre al despertarme me llevo una desilusión, pero al rato se me olvida. Porque en realidad I don't I can be anything other than me.

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