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viernes, 8 de mayo de 2015

XXVI

Salía de trabajar
eran las 3 de la mañana.
Todo el día metida en jarana
desde mediodía
para no ganar prácticamente nada.

No te quejes,
que la cosa está muy mala.
¡Encima querrás estar asegurada!
Si es que os quejáis de vicio,
le dijo el niñato pijo.
Para ti no tenemos dinero
ni para que cuiden de mis abuelos,
pero yo me caso en un castillo
decía sacando brillo
al asta de la bandera
de Fuerza Nueva
que el muy cerdo
lleva en la guantera.

Apretaba los dientes
mientras se bajaba del coche
intentando no girarse para
empezar los reproches.
Sigue andando, pensaba.
Que como la líes,
te largan.
Entró al portal rápido,
deseando que el otro se fuera
para poder gritarle mentalmente
¡ojalá te mueras!




martes, 11 de noviembre de 2014

La Ola

Vengo cabreada de intentar votar en Podemos.

Hace tiempo que me vengo interesando y desinteresando sobre Podemos. En principio me parece una muy buena propuesta, muy necesaria en tiempos en los que la mierda política nos tiene enterrados, en España o en el exilio, de hecho voy a asistir a la reunión de formación del Círculo de Grenoble. Pero al mismo tiempo, una persona que maneja tan jodidamente bien el arte de la oratoria y la retórica me inspira desconfianza porque habla, habla y habla y, a veces, creo que no dice nada, pero como suena tan bien...

Reconozco que es divertido ver cómo el Señor de la Coleta da en el hocico a los perros y perras más casposos de la nación, pero no creo que tenga tanto mérito ya que los oponentes rozan la deficiencia mental y tienen tanto que callar, que mentir y que disimular, que se les pilla por cualquier lado. Reconozco también que ya era hora de que alguien se decidiera a plantar cara y les dejara en ridículo en su medio de manipulación favorito.

Al principio no mucha gente le tomaba en serio, le llevaban a tertulias para reirse de él, "perroflauta" le llamaban. pero él salía airoso y digno de todo encontronazo. Hasta aquí todo eran arcoíris y unicornios: A New Hope, un nuevo jedi nos salvaría del Lado Oscuro.

Peeero entonces apareció algo peor que si se juntaran las Believers con las Directioners, apareció el Club de Lameculos de Pablo Iglesias (no confundir con gente que se informa, que decide que este señor es lo que más les gusta del sector político y vota en consecuencia sabiendo quién está en su lista y no sólo por la cara conocida. Esos tienen mis respetos). Esta gente no entiende que, aunque a ellos les pueda gustar mucho y sueñen con que les dé galletitas por el lamentón bien hecho, hay gente a la que Podemos le parece muy bien, pero discrepan con el "líder" en diversos aspectos.

Aquí vemos cómo de ser un mindundi con mucha labia, el Señor de la Coleta ha pasado a ser el líder político y espiritual de un número considerable de personas que aumenta cada día. Y oye, que está muy bien tener muchos seguidores y que te apoye la gente, no lo discuto, pero según pasan los días y las votaciones, sus fervientes seguidores se están radicalizando hasta el extremo de insultar a cualquiera que haga un comentario con una opinión contraria a la suya (igual que las niñas que te arrancarían la cabeza si dices que Justino canta como el culo).

Las votaciones están hechas de manera que se beneficia claramente siempre al jefazo y séquito, aunque ellos lo nieguen y renieguen. La respuesta más habitual es "aquí por lo menos te dejan votar" o "si no te gusta vota al PPSOE" (respuestas profundas e inteligentes donde las haya), sin tener en cuenta las desigualdades en el sistema de votación ni la manera en la que se van a tener luego votos en cuenta, que por cierto, es tan democrático como nuesta ley electoral actual, ejem.

Estoy informándome y votando porque creo que puede salir algo muy interesante de todo esto y porque estoy viendo ciertas "irregularidades" favoreciendo siempre a los mismos (los que hayáis intentado votar al secretario general y demás en las listas que no son la del Señor de la Coleta, entre otras cosas, sabréis a lo que me refiero) y quiero saber qué se cuece, pero poco a poco, como el La Ola, la minoría se está convirtiendo en una mayoría que quiere obligar a pensar a todos lo mismo y los que no lo hacen son linchados virtualmente. Hace un rato he leído un comentario de una chica que, con todo el respeto y la educación, expresaba su disconformidad con el sistema de votaciones dando motivos ciertos y comprobables. Casi todas las respuestas que ha recibido eran insultos, comentarios despectivos y las pocas personas que querían hacer que entendiera por qué se equivocaba, esgrimían argumentos absurdos. Esto llega a pasar en la calle y a la chica le han llovido varias hostias, fijo.

Con todo esto no pretendo decir que Podemos sea una mala iniciativa, de hecho ya he dicho que la considero necesaria, pero creo que si tanto defienden la transparencia y la democracia deberían ser los primeros en  llevarlo a cabo escrupulosamente. También deberían amansar un poco las fieras y expulsar a gente de su página de facebook y sus foros si sólo se comunican con insultos cuando se les lleva la contraria, es algo que se llama educación y algunos no conocen. Y es que al final, si no, da la impresión de que nos están vendiendo un lobo con piel de cordero.

viernes, 19 de septiembre de 2014

XXIV

Las ilusiones

como las palabras                                    
                                                                    n        t    
                                               e                         o
                                 i
s        v 
     e        
      l
   l    a
 e        s
 a        l
   v    l
     e

martes, 9 de septiembre de 2014

XXIII

El mayor sentimiento 
de impotencia
es ir a secar las lágrimas
a la pantalla del ordenador
y que al intentar consolar
de palabra
un cartel te diga:

error de conexión.


                      

viernes, 25 de julio de 2014

Diógenes hace las maletas

Llevo ya unos días de vuelta en mi leonera natal y, según se acerca el día de volver a coger el avión para Francia, no puedo evitar pensar que estoy desarrollando alguna variante del síndrome de Diógenes.

Según pasan los meses viviendo lejos de casa, la cantidad de porquería que me niego a tirar va aumentando, llenando así estanterías, mesas y paredes. Por algún motivo me ha vuelto mi antigua afición de coleccionar posavasos, y tengo ya tantos cogiendo polvo en la estantería como para apoyar las cervezas de más visitas de las que espero en 3 años.

Por supuesto, he seguido comprando libros usados y mi biblioteca dividida por idiomas y géneros literarios empieza a no tener mucho espacio libre, cosas que me agobia profundamente por si un día me tengo que ir... ¿Qué voy a hacer con mis adorados libros?

A esto le sumamos las colecciones de botellines y jarras de cerveza, de vasos de chupito, chapas, figuritas de Lego y hasta peluches viajeros que se han recorrido ya varios miles de kilómetros.

Además, montones de fotos dan vida a una de las paredes y pósters y otras cosas varias andan pegados por ahí, dando un poco de color a las paredes blancas.

No puede faltar un clásico como es la ropa amontonada en la silla que va de ahí a la cama y de vuelta a la silla hasta el fin de los tiempos. Lo que falta es mi madre diciéndome que quite la ropa de ahí.

Así, al volver de vacaciones durante unos días y volver a dormir en mi cama con colcha de dinosaurios, me he dado cuenta de que toda la mierda acumulada en mi casa francesa no es sino un vano intento de recrear mi antigua habitación.

Nos vamos y vivimos lejos pensando siempre en lo que hemos dejado allí y lo echamos tanto de menos que cualquier intento por tenerlo cerca es válido aunque el día que nos mudemos no haya cajas suficientes en el mundo para llevárnoslo todo.

lunes, 6 de enero de 2014

Routine

La rutina es una arma de doble filo.

Siempre me ha gustado seguir algún tipo de patrón rutinario en el día a día, como un ritual que ha de cumplirse para que todo salga a pedir de Milhouse. Como mantener una costumbre de quedar cierto día a la misma hora, en el mismo sitio -o quedar en el corte- y con la misma gente, e ir a tomar el mismo café o la misma cerveza. Y, si se empieza a hacer pesado, pues se modifica un poco y se adopta la nueva versión. Me gustaban esas rutinas. Algunas todavía me gustan. Otras cayeron a lo más profundo del Abismo de Helm para no volver nunca más.

Peeeeero, abusar de la rutina es una muy mala idea. Y hacer algo diferente o nuevo de manera espontánea (ir a ver El Hobbit 2 no, si se os ocurre como plan diferente, volved a vuestra rutina de mierda. Será mejor) de vez en cuando es necesario para no acabar hasta el mismísimo. Con excusas como "es que no sé", "es que nunca he ido", etc., no se va a ninguna parte y lo único que demuestran es falta de interés o que se tiene horchata en las venas. 

Y ninguna de esas dos cosas es buena en absoluto.




lunes, 9 de diciembre de 2013

XIX

Tengo ojeras en el dedo 
gordo del pie izquierdo y
una sombra se entrevé,
translúcida,
paseándose por mis retinas.

Maquetando las esquinas,
lúcida
de repente, sé
que sólo yo lo veo y
que si no cedo

y no me enredo,
como de costumbre y
como ya debería saber
la música
es la mejor medicina

para sufrir la rutina,
mustia,
hasta que vuelva a poner
los pies sobre Pucela y
viaje atrás en el tiempo.



viernes, 8 de noviembre de 2013

Complejo de Hermione

Creo que es la primera vez en mi vida que entiendo a los niños a lo que no les gustaba ir a clase. Ésos que empezaban a refunfuñar cuando empezaban los anuncios de la vuelta al cole. Yo siempre he pertenecido a ese pequeño porcentaje de gente rara al que le gusta ir a clase. Y no me refiero sólo a la primaria, sino a todas las etapas educativas. Siempre me había gustado ir a clase... hasta ahora.

Nunca (ni cuando era una excluida social) me habían amargado tanto la existencia unas clases. Me han metido en un grupo que lleva ya dos meses yendo a clase, en el que la inmensa mayoría son un grupo de chinos que van en manada (¡y yo que pensaba conocer gente!) y, sobre todo, en el que las clases son leeeeeeeeeeeeeeeeeeeentas, muuuuuuuuy leeeeeeeeeeeeentas (dijeron que era un curso intensivo...). La profesora se equivoca cada dos por tres y me paso las CUATRO eternas horas diarias mordiéndome la lengua para reprimir mi instinto corrector... Cosa que no siempre consigo.

Así, irradiando odio, me quedan otras tres semanas. Y no puedo evitar recordar a Hermione mandando a la mierda la asignatura de Adivinación, porque de verdad que me encantaría estampar una bola de cristal contra el suelo... o abofetear a todos mis compañeros con un libro de fonétique française.


miércoles, 18 de septiembre de 2013

Bloody lier

Dice un pequeño meapilas que las mentiras hacen llorar al niño Jesús. Pues bien, si eso es así, el tal Jesús este tiene que estar ya más seco que la mojama.

Existen diferentes tipos de mentiras:
Las mentiras a medias o medias verdades, o como dice la gente "no miento, sólo oculto la verdad".
Las mentiras piadosas (esas no sé si hacen llorar al niño o no), que son las que la gente utiliza cuando dicen que no quieren hacer daño a otros... ocultándoles la verdad o tergivensándola.
Las mentiras que causan un bucle de mentiras que hacen que te pillen si no eres un mentiroso cualificado.
Y yo englobaría el resto en mentiras generales que se puede utilizar según la ocasión. Por ejemplo, las mentiras para escaquearte de un acto social. Y aquí es donde quería yo llegar.
Un día te dicen que se va a quedar en tal sitio y que van a ir menganito y fulanita, y a ti, que te apetece menos ir que tener que limpiarte el culo con hojas de cactus, se te ocurre una fantástica y sencilla mentira que pasa a ser tu mejor excusa para no acudir a dicho evento. Bien, esto lo hace todo el mundo y no pasa nada. El problema viene cuando se empieza a mentir por sistema:
- Oye que vamos a ir a...
-Uuuuy pues es que no me encuentro bien.

O...
- ¿Te parece si cenamos esta noche con Fulanita?
- Vaya, ya he quedado. Pero pasadlo bien.

Y cuando ya has encadenado varias de éstas, te das cuenta de lo triste y patética que es la situación. ¡Con lo bonito que sería mandar a la mierda a todo el mundo abiertamente! Como los gatos, si no les gusta alguien le bufan y/o pasan de su culo. Tan bonito que todos deberíamos hacerlo y dejar de ser unos jodidos mentirosos. Pero ¡ay! El complicado ser humano...

lunes, 15 de abril de 2013

Cromatismo

Todo se hace pequeño, tú te haces pequeño, y el verde y el amarillo se mezclan con un blanco repentino para llegar a un intenso azul. Y de repente estás ahí, en mitad del todo y de la nada. En medio de dos desconocidos pensando si estarás a punto de entrar en un agujero de gusano y, con suerte, acabar en otra línea espacio-temporal en la que no te estés marchando sino volviendo.

Y en lo que deliras un rato con la ayuda de Mr. Auster, te preguntas tú también qué pasara cuando ya no queden páginas en el cuaderno rojo, o verde en este caso. ¿Empezar uno nuevo? ¿Hacer una continuación? ¿Quemarlo todo? Te da la tos de imaginar el humo (o porque tienes una médica inútil) y vuelves a la realidad y te das cuenta de que no ha habido agujero de gusano, que sigues yendo en la misma dirección y que todo se va haciendo grande, que ya no es azul, sino verde, amarillo y gris. 

Y tú también te pones gris (ojo, no confundir con los hombres grises). Y según te alejas de Londinium y tiras para la campiña esperando llegar a La Comarca, te vas poniendo gris oscuro, porque ahí no hay hobbits ni elfos ni na' de na'. Así cuando llegas a tu tan poco anhelado destino, estás más gris que el habitual cielo británico y, encima, sin mininos que te mimen un rato. 

Lo bueno del gris es que tiene muchos tonos intermedios y que puede variar constantemente, que lo mismo llueve y todo es de un gris oscuro, o hace una claridad extrañamente grisácea o que de un tono sucio, siempre puede salir Gandalf el Gris y hacer que todo vuelva a ser blanco.

miércoles, 5 de diciembre de 2012

In Memoriam

Todos los días hay algo que dejas para el día siguiente, presuponiendo así, que al día siguiente te despertarás y vivirás otro día tan normal como otro cualquiera. Siempre te vas a la cama pensando en lo que tienes que hacer mañana. O en lo que vas a hacer en dos semanas. O en un año. En lo que tienes que decirle a Fulanito y en que tienes que escribir a Menganita. En la montaña de folios que tienes por estudiar o en que mañana prepararás macarrones gratinados, porque hace mucho que no los comes y te apetecen.

Nunca te paras a pensar que a lo mejor sería buena idea cenar los macarrones y no esperar. O que igual deberías ponerte a escribir a Menganita ahora mismo, antes de que se te olvide otra vez. O que hoy es un día incluso mejor que mañana para empezar con esos planes de futuro a corto plazo. O que si no lo haces hoy igual mañana ya no tengas la oportunidad.

Carpe diem decían los poetas. Y tenían razón, porque tempus fugit. Y para algunos, por desgracia, su tiempo pasa más rápido de lo que esperaban. Ojalá volvamos a entrenar juntas en la próxima vida.

viernes, 2 de noviembre de 2012

Essential


And suddenly one piece of myself is gone with you.
And I cry and it's useless and stupid.
I cry. 
I'm stupid. 
I don't fucking care.
But I hate that and so I cry. 
I'm stupid. 
Stroking the cat's hair
'cause it reminds me of yours.
Isn't it stupid? No, it's not.
Maybe it is. So what? 
A utopian week. The hardest awakening ever. 
A wait that again seems to go on forever.

But as Incubus said I know I'll see you againso let's things just happen and wait for the plane.



lunes, 15 de octubre de 2012

Una semana más... Una semana menos

Un día te despiertas, cansada porque has vuelto a caer en el insomnio, y caes en la cuenta de que ha pasado un mes. Sólo un puto mes. ¿Qué es lo que no funciona en los calendarios ingleses? Porque no puede ser. No es posible que sólo haya pasado un mes. ¡Si llevo aquí media vida! Y a veces hasta parece que los días pasan volando. Hay algo que no cuadra. 
A ver, señoras y señores, revisen sus calendarios, en Inglaterra, España o donde sea que estén sus respectivos culos aposentados, y díganme, ¿es verdad que todavía estamos a 15 de octubre?
Como, probablemente, la respuesta es afirmativa, me voy diciendo a mí misma que una semana más es una semana menos, para que vengas, para que vaya, para dejar de pensar en querer marcharme... porque ya me habré ido. 
¿A dónde? Ya veremos.


miércoles, 29 de agosto de 2012

Dije que me iba a la cama, pero como no puedo dormir y no quiero pensar, aquí estoy. 

Pensando, claro. 

Diecisiete días dedicados a la meditación. Retiro espiritual en mitad del caos. Caos interno con apariencia de indiferencia. Madres que gritan porque no pisas por casa. Gente que impone da consejos porque, por supuesto, sabe de todo. Y sobre todo más que tú (y que yo). Gente que te mira pero no te ve. Un peluche te mira con ojos de saber lo que pasa, pero prefiere callar por el momento, porque total, ya es bastante difícil todo y qué ganas de complicarnos aún más la existencia.

Y, claro, además estoy preocupadísima por si no me da tiempo a llegar al concierto de Andy y los chochos Lucas. ¡Por Dior! ¡Qué días de fiesta tan maravillosos nos esperan!
¡Qué ganas de pegarle un tiro al mundo (y al alcalde)!

Y qué ganas de coger un avión y, aterrorizada, desaparecer de una vez.
Y entonces... veremos.

sábado, 4 de agosto de 2012

Peter Pan Syndrome

If goodbyes were people,
I’d kill them all.
I’d rather be in jail
Than feel lost.
I knew this would happen
It’s not a surprise,
But I cannot help it
I only want to cry.
I know is not forever,
It’s just a see you later,
But I’m gonna miss you anyway
‘cause you’re my sister, my best friend.














A/N Yes, I know, it's too sentimental. I'm sorry, I cannot help it, it's my mood today. You know, I never write poems to people, even if they ask me to do it, but...

domingo, 12 de febrero de 2012

What do you see when you close your eyes?

Una humeante taza de café en la mesa, un sofá con una manta y una tarde entera por delante. No espera visitas. No quiere tenerlas.
Deja caer la cabeza sobre uno de los brazos del sofá mientras se tapa con la manta. Hmmm... It's fucking soft piensa mientras se hace una bola tratando de calentarse un poco. Da un sorbo al café, que todavía quema, y cierra los ojos en un vano intento de relajación.
Fragmentos de la última conversación mezclados con pensamientos varios atraviesan su mente –... Don't forget to give her a call tomorrow... Oh, gosh, I had to buy... Damn!... I'm sure he meant it but what if I'm wrong? I better get things straight... Wake me up, before you go-go... I can't get this song out of my head... Yep, falling asleep is just as easy as closing the eyes...– 
Se incorpora para terminarse el café, congelado ya, de un trago. Mira la hora en el móvil. Se estira hasta que todas sus vértebras crujen y recupera la postura "bola". Vuelve a cerrar los ojos y sólo espera ver oscuridad. Pero éso sólo sucede durante unos instantes –... That night was fucking amazing, I haven't laughed so much since... I miss the old times... But I'm glad some things never change... When will I fall asleep!? Stop thinking, you fool!!!...–
Se levanta porque se cansa de la frustración que le produce el no poder conciliar el sueño, pero es que cada vez que cierra los ojos miles de imágenes aparecen. A veces desearía ser como un robot y poder desconectarse sin más. No ver nada es algo que le resulta imposible.
¿Y al resto de seres humanos? ¿Y a ti? What do you see when you close your eyes?

jueves, 20 de octubre de 2011

F*ckin' money

¡Ah, el dinero! 
El cochino dinero.
El puto dinero.


Y es que cuando prácticamente tu futuro está pendiente no sólo de un hilo, sino también del money, empiezas a pensar que quién sería el hijo de puta listo al que se le ocurrió lo de que el trueque estaba pasado de moda y que las monedas brillantes y los billetes nuevecitos molan más. Y según me comenta la wiki, algo tuvieron que ver los turcos de hace siglos (como del VI a.C.) y puede que de más atrás.


Pero bueno, dejando a un lado mi capacidad para irme por las ramas y volviendo al tema principal, tengo que decir que: 
Estoy harta de que mi vida esté siempre atada al maldito saldo bancario o al dinero que escondo bajo el colchón (es una forma de hablar, no hace falta que nadie lo compruebe).


Y otra cosa, ése o ésa que dijo que el dinero no da la felicidad... ¿Qué? ¿Sobrevivía por la caridad? Seguro que sí, y además desayunaba, comía, merendaba y hasta cenaba AMOR. ¿A que sí? Yo es que los días que reboso amor prefiero quedarme en ayunas porque si no me empacho. ¿Y la hipoteca? ¿Y el agua, la luz y el gas? Todo lo pago con amor, claro. También a Hacienda le declaro mi amor, por supuesto. Y soy súperfeliz.


¡JÁ!


Que sí. Que es verdad que si eres escrupulosamente rico pero no te quieren ni las ratas tu vida tiene que ser una mierda en cuanto a lo humano se refiere. Bueno en cuanto a todo. Tiene que ser un asco.
Pero que no me cuenten milongas de que el dinero no es necesario porque en este mundo de mierda las cosas son así (¡oh, sorpresa!). 


Y no estoy diciendo que si eres rico eres cool. Porque no. Porque el dinero no puede comprar la felicidad, pero puede acercarte bastante a ella.
Sólo quiero tener lo necesario para vivir. Y si es lejos, mejor. 
Sólo quiero éso, porque lo que el dinero no puede comprar ya lo tengo. 



Maldito dinero...

jueves, 22 de septiembre de 2011

Thoughts and Bubbles


Antes me gustaba reflexionar en la bañera, entre los vapores del agua y las burbujas de jabón.
Ahora, como ya no tengo bañera, me toca pensar de pie, lo cual es muchísimo más cansado y corres el riesgo de pegarte un resbalón si te concentras demasiado y olvidas mantener los puntos de apoyo en su sitio.
Debe ser por eso que cada vez pienso menos. No sé, igual un día me llevo una silla a la ducha.

jueves, 8 de septiembre de 2011

Fate

Si creyera en el destino pensaría que se ha puesto en nuestra contra para no dejar siquiera que nos conozcamos. Pensaría también que mi sino no es precisamente como me hubiera gustado, porque a veces te parece ver tu futuro reflejado en el de otra persona y te dices "antes muerta que acabar así mis días". Pensaría tantas cosas...


Menos mal que a mí el destino ni me va ni me viene, ni me creo que esté escrito. Ya me encargaré personalmente de escribir las páginas de mi propio libro.